En el barrio de San Isidro, a la vera del ferrocarril Mitre, un enorme diseño arquitectónico de estilo greco romano, separa a los transeúntes del Colegio de la Sagrada Retórica Inventiva. En esta institución se formaron innumerables líderes políticos de las más variadas familias patricias de la zona: desde los Pereira Iraola, hasta los Beccar Varela de la Rosa; todos pasaron por los tutores y profesores de esta escuela.
Su historia se remonta hasta la fundación misma de la ciudad de Buenos Aires por Don Juan de Garay. Es sabido que, tras la colonización llevada a cabo, hubo una suerte de repartija de territorios conformados por chacras y tierras fértiles, entre españoles, criollos y mestizos. Estos territorios conformaban el llamado "pago de la costa". Con una devoción a San Isidro Labrador, casi un siglo después de la colonización de Garay, Don Acassuso le dio el nombre de su santo patrono a lo que hoy se conoce como San Isidro. Y desde esa fecha - 1706 - el Colegio de la Sagrada Retórica Inventiva, está en pie formando, nutriendo y exportando a las mentes de los principales líderes del barrio y del país, incluso del mundo.
El plantel docente de esta institución estuvo constituido desde el principio por personal seleccionado bajo una estricta consigna - decretada por su fundador y director. "Ningún profesional, de ninguna índole debe formar parte del plantel de tutores y docentes". Tal era la rigidez de esta directriz, que la sola mención de alguna palabra rebuscada o de léxico que respondiese a algún colegio profesional, debía dar por terminado todo el largo proceso de selección al que centenas de postulantes se sometían cada mes. Es que el colegio era famoso , además, por sus cuantiosas remuneraciones y premios por presentismo.
Hoy en día, los tutores y docentes que componen el staff tienen variada procedencia: los Kioskeros imparten administración de empresas; los remiseros se encargan del dictado de geografía; los verduleros imparten botánica; los carniceros biología celular y molecular; los vendedores de diarios y revistas imparten lengua y literatura; los colectiveros enseñan ética profesional; los políticos, no letrados, dan clase de historia y ciencias sociales; los tarotistas dan clases de psicología; y así podría seguirse en la descripción de la nómina docente del colegio . Pero, sin duda alguna, el cargo más importante era el de docente de retórica inventiva. Este cargo estaba en manos - y esto formaba parte de las directivas del fundador - de vendedores ambulantes de remarcada capacidad de engaño. Incluso tarotistas diseñaron test psicométricos de dudosa validez y confiabilidad para evaluar esta capacidad, garantizando de esta manera, la mejor y fiable selección.
¿Qué tipo de contenidos se impartían en la clase de Retórica Inventiva? Es un secreto que nadie sabe. No olvidemos que los docentes, alumnos, padres y egresados de la institución, tienen terminantemente prohibida la difusión del contenido curricular invaluable que han recibido. El no acatar la prohibición de difusión tiene como consecuencia la pena de muerte. Todo el barrio lo sabe. Es una mafia de sicarios egresados la que controla la ejecución de tales penas.
Pero a pesar del hermetismo que caracteriza al Colegio de la Sagrada Retórica Inventiva, algunas cosas - como las mencionadas - han podido filtrarse. Sobre la asignatura Retórica Inventiva se ha filtrado sólo una máxima rectora: "... en toda discusión o argumentación carente de coherencia, sólo valen dos armas: el conocimiento o la inventiva. En otras palabras, cuando se establece una discusión o cargo del que nada se conoce, pues bien... se inventa". "Si no lo sabes, lo inventas" se cuenta que el eminente profesor Cacho Arduña le repetía hasta el cansancio a los jóvenes de la familia Aconte. Estos Aconte fueron los que, durante los años ochenta, estuvieron a cargo de la economía del país.
Durante el mandato presidencial de Álvaro Acre, egresado con honores del colegio - con título de Licenciado en ciencias políticas - , se cometieron infinidad de latrocinios, evasión de impuestos y demás delitos. Todos solventados en la creencia de un crecimiento económico sostenido por el Modelo Económico de Rutherford - Bohr. Muchos científicos de otras escuelas, ajenas a la Sagrada Retórica, han esgrimido argumentos denunciando la falsedad de tal modelo. Incluso, algunos hoy en día, ponen en tela de juicio las capacidades ejecutivas del ex presidente Acre. Lo cierto es que durante su mandato, no hubo manera de ganarle una sola discusión. En un debate presidencial con el candidato de la oposición Julián Amador, se dio el siguiente diálogo que demuestra la grandeza de la oratoria de Acre:
- A mí me parece que usted es un canalla mentiroso Acre. Basa sus promesas de campaña en un modelo que nadie conoce.
- Mi estimado Julián - dijo Acre con total serenidad, observando la frente sudorosa de su adversario - no hay necesidad de que se ponga usted nervioso. Es lógico que no conozca el modelo, de corroboración científica, en el que baso las promesas de mi campaña. Ese modelo que usted desconoce, ha salvado a la ya caída república de Kasajtán del colapso económico en los '70. O ¿acaso usted va a negarme ese hecho también?¿Niega a los ciudadanos de este país de un plan de salvataje de insuperables tasas de crecimiento?
- Yo no conozco el caso de Kasajtán, pero...
- Discúlpeme, pero lo voy a tener que interrumpir. ¿Usted cree que este país de gente noble y honrada puede ser gobernada por alguien que no conoce? ¿No le parece una falta de respeto? A mí me parece que usted es el canalla mentiroso, Amador.
Ese debate le dio el puntapié final para el despegue de su carrera presidencial. Nadie, después de eso, puso en tela de juicio sus conocimientos y verdades. Algunos por miedo a la humillación; otros por miedo a equivocarse. Ni los mismos Rutherford y Borh, pudieron demostrar la falsedad de la aplicación de su modelo atómico a los fines económicos. Dijeron al respecto: "... el alcance de nuestro modelo para las ciencias ha sido incuestionable"
El colegio, luego de muchísimos años, logró infiltrarse en cada esfera académica del país. Médicos, abogados ,psicólogos, políticos, contadores, odontólogos, veterinarios, entre otros, se encuentran influenciados por la ideología del colegio. A tal punto que hoy en día, en todo nuestro vasto territorio, nadie puede aseverar a ciencia cierta si un profesional está desempeñando con la verdad su oficio, o si sólo está inventando con elocuente veracidad. En nuestro país, gracias a la influencia magmática del Colegio de la Sagrada Retórica Inventiva, no se sabe qué es verdad o qué es invento. Algunos sociólogos, quizá inventando, afirman que esta escalada de imbricación de la escuela se está observando en otros países distantes del globo.
Yo mismo soy egresado del Colegio. Desacredito desde este mismo momento cualquier tipo de denuncia que trate de falsos los relatos y documentaciones aquí presentados, conforme a la Ley 24567 de protección de datos históricos y documentales de la Nación Argentina.
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